Una madre de dos hijos, profesora de guardería, consigue un trabajo extra: poner la voz a un personaje de una película de animación. Este paso fuera de la vida cotidiana la lleva a encontrarse con una persona que le abre las puertas a un hermoso sueño, se haga realidad o no.
Christine Grulois estudió en la escuela de arte ERG de Bruselas. Como diseñadora gráfica y fotógrafa, diseñó carteles de conciertos y presentó videoarte en diversas exposiciones. Como actriz, ha participado en varios cortometrajes y largometrajes («Ordinary Man» de Vincent Lannoo, «Je suis mort mais j'ai des amis» de Guillaume y Stéphane Malandrin). Realiza doblajes (sobre todo para Studio Pic Pic André), actúa en obras de teatro y organiza talleres creativos para niños. Desde 2013, realiza una serie de cortometrajes poéticos protagonizados por los mismos personajes. Estos cortometrajes, en los que también actúa, tratan de los lazos familiares e intergeneracionales.