En la más reciente publicación del festival, Cortografías, los autores Cristina Aparicio, Juanma Ruiz y Jara Yáñez intentan trazar un mapa del corto en la última década a base de unir puntos aparentemente dispersos. Las "generaciones" o grupos que antes se formaban festival a festival se han trasladado al entorno de las escuelas y se habla de "estilo ECAM" o "este corto es muy ESCAC". Fuera de las capitales, autores como Chema García Ibarra forman una de las carreras más sólidas del panorama a base de reivindicar la extrañeza de lo cercano. Vuelve el cine a varias manos de parte de colectivos como Los Hijos, Vermut, lacasinegra o los hermanos Daniel y Pablo Remón y toda una nueva hornada de directoras como Carla Simón, Belén Funes o Pilar Palomero pasan del corto al largo con propuestas sólidas y contundentes. A nivel local, la mayor seña de identidad de la etapa actual de ALCINE quizá haya sido su apuesta por la vida en la red. En parte por una voluntad de contemporaneidad, en parte forzado por la coyuntura económica, el festival ha conseguido derribar fronteras volcando en Internet mucho de lo que antes se hacía físicamente. La digitalización de sus catálogos y publicaciones, la implementación de una gran base de datos con los cortos del festival o su colaboración con la plataforma FILMIN son acciones quizá poco conocidas, pero fundamentales para que, por ejemplo, el colapso derivado de la pandemia de COVID-19 no consiguiera anular el festival. La apuesta por la "cultura segura" en lo presencial y combinada con el #yomequedoencasaviendocortos permitió, a costa de retrasar un año las celebraciones del 50 aniversario, que ALCINE siguiese con vida, aunque fuese en Edición Limitada.
De la exposición Historia de un festival de cine.
(Pedro Toro, 2021)
Para saber más, consulte el libro de libre acceso “Historia(s) de un festival de Cine”.